El 21 de octubre de 1978, Frederick Valentich, de 20 años de edad, inició un vuelo desde el aeropuerto de Moorabbin, al sur de Melbourne, Australia, con destino a la isla de King, localizada en el extremo occidental del Estrecho de Bass. El joven piloto australiano, que contaba con una experiencia de 150 horas en solitario, volaba en una avioneta Cessna 182 de un motor, una aeronave conocida por su fácil manejo y fiabilidad. El plan de vuelo consistía en recorrer la costa australiana hasta el Cabo de Otway, para luego cruzar el Estrecho de Bass hasta la isla de destino. Inicialmente el vuelo transcurrió con normalidad, pero cuando llevaba unos tres cuartos de hora contactó con el controlador Stephen Robey, comunicando la presencia de una aeronave sobre su avioneta. Esta es la transcripción de la conversación con la torre de control:
Valentich: Aquí Delta Sierra Juliet, ¿hay algún tráfico por debajo de 5.000 pies? Control: No hay tráfico conocido. Valentich: Estoy viendo lo que parece una gran aeronave por debajo de 5.000 pies. Control: ¿Qué tipo de aeronave es? Valentich: No puedo confirmarlo, tiene cuatro luces brillantes… me parecen luces de aterrizaje… la aeronave acaba de pasar sobre mí, por lo menos a 1.000 pies. ¿Hay alguna aeronave de la fuerza aérea en la zona? Control: No hay aeronaves conocidas en los alrededores. Valentich: Parece estar jugando algún tipo de juego, está volando sobre mí. Delta Sierra Juliet. No es una aeronave. Control: ¿Puede describir la aeronave? Valentich: Mientras pasa volando es una forma larga. No puedo identificarla, va a tal velocidad… Está ante mí ahora mismo. Control: ¿Qué tamaño tiene el objeto? Valentich: Parece estacionario… lo que está haciendo ahora mismo es orbitar sobre mí. También tiene una luz verde y una especie de brillo metálico. Es brillante en su exterior. Acaba de desaparecer. Control: ¿Esta la aeronave todavía contigo? Valentich: Se acerca por el suroeste. El motor está al ralentí, lo he puesto a 23… 24 y está “tosiendo”. Control: ¿Cuál es su intención? Valentich: Mi intención es dirigirme a la isla King… Melbourne.. Esa aeronave extraña está flotando sobre mí otra vez… Está flotando y no es una aeronave.
Grabación de la conversación entre Valentich y la torre de control:
Tras la anterior comunicación se escucha un extraño sonido metálico y se perdió contacto. Las condiciones de vuelo el día de la desaparición eran buenas, con excelente visibilidad y vientos suaves. La puesta de sol en Cabo Otway ese día fue a las 19:18, y la alerta fue activada a las 19:12. A las 19:33, cuando no llegó a la isla de King, comenzó una búsqueda que se prolongó durante cuatro días. Participaron numerosos barcos y aviones, cubriendo un área de más de mil millas cuadradas, sin que se encontraran restos de la avioneta o indicios de que se hubiera producido un accidente.
POSIBLE FOTO DEL OVNI
Seis semanas después se hizo publico que un testigo, llamado Roy Manifold, en la tarde del incidente había estado fotografiando la puesta de sol en el cabo de Oatway, lugar de paso en el plan de vuelo de Valentich. Al revelar las fotos, en una de ellas aparecía algo que inicialmente pensó que era un error del revelado. Pero un laboratorio australiano analizó el negativo y no encontró suciedad ni daños, determinando que lo que aparecía estaba realmente en la fotografía. Posteriormente un grupo de ufólogos americanos, llamado Ground Saucer Watch, dijeron, tras analizar las fotos, que que en la imagen se veía un objeto sólido y metálico, envuelto en una nube a una distancia de aproximadamente una milla de la cámara. Posteriormente, otro análisis concluyó que si podría haber un error en de revelado.
INVESTIGACIÓN OFICIAL DEL GOBIERNO AUSTRALIANO
El gobierno australiano llevó a cabo una investigación del incidente en la que se contactó con conocidos y familiares de Valentich sobre sus intenciones al volar a la isla de King, manifestando todos que el motivo del desplazamiento era comprar cangrejos. Sin embargo, el motivo que dijo el piloto al oficial del aeródromo de partida era que iba a buscar pasajeros. Se determinó que no había pasajeros esperando a ser recogidos en la isla, y no se habían realizado pedidos de cangrejo con anterioridad a su vuelo, de hecho ni siquiera había cangrejos en el momento para la venta en la isla. El informe concluyó que Valentich podría no haber tenido la intención de volar a la isla, como había manifestado. Cinco años después de la desaparición, se encontró en la isla de Flinders, a unos 350 kilómetros de la isla de King, una pieza relacionada con el fujo de aire para la refrigeración del motor, perteneciente a una Cessna 182, y tras ser analizada se determinó que podría haber fallado en vuelo o por impacto. Si bien no se pudo determinar que la pieza pertenecía a la avioneta de Valentich, su numero de serie se encontraba en el mismo rango que la misma. En las conclusiones de la investigación se estableció que si el vuelo se hubiera producido según lo planeado y se hubiera estrellado en el océano, se hubieran encontrado restos, no pudiéndose determinar la causa de la desaparición, siendo probable que la avioneta no se estrellara en el mar entre el Cabo Oatway y la isla King.
POSIBLES EXPLICACIONES
Se han considerado varias posibilidades como explicación del caso Valentich, que al parecer estaba muy interesado en los OVNIS, había intentado sin éxito acceder a la Fuerza Aérea australiana y había suspendido varias veces el examen para obtener licencia comercial de vuelo. Una de ellas era la posibilidad de un suicidio, que fue descartada tras las manifestaciones de conocidos y familiares. También se propuso que inadvertidamente podría estar volando invertido, terminado por estrellarse, y que las luces que veía eran el reflejo de su avioneta en el mar. Pero la altura a la que volaba y las características del motor de su avioneta hacen muy difícil esa posibilidad. En el año 2000, el excientífico de la NASA Richard Haines y el ufólogo australiano Paul Norman publicaron un articulo en el Journal of Scientific Exploration sobre el caso, en el que se menciona nueva evidencia proporcionada por tres testigos que manifestaron haber visto la avioneta descendiendo en un ángulo pronunciado con un objeto mucho más grande con luces verdes volando justo encima, concluyendo que había pruebas suficientes para sugerir que la avioneta se estrelló en el mar al suroeste del cabo Marengo, a una distancia de entre 3 y 12 millas de la costa, y que la naturaleza del gran objeto que lo acompañaba en su descenso está por determinar. Por último, los autores James McGaha y Joe Nickell, propusieron en 2013 que el inexperto piloto fue confundido por la ilusión de un horizonte inclinado, que intentó compensar, y sin darse cuenta puso su avión en la llamada «espiral de cementerio» descendente, que al principio confundió con una simple órbita del avión. Según los autores, las fuerzas G de una espiral disminuirían el flujo de combustible, lo que daría como resultado el «ralentí brusco» informado por Valentich. McGaha y Nickell también proponen que las luces del techo aparentemente estacionarias que Valentich informó eran probablemente los planetas Venus, Marte y Mercurio, junto con la brillante estrella Antares, que se habría comportado de una manera consistente con la descripción de Valentich. Lo cierto es que nunca se ha llegado a una explicación definitiva de lo que pasó aquella tarde hace ahora cuarenta y seis años, y la desaparición del joven piloto continua, a día de hoy, siendo un misterio.
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