Estamos viviendo un momento convulso en la actualidad de los Fenómenos Anómalos no Identificados o también conocidos como FANI o UAP, por sus siglas en inglés. Por un lado, tenemos los cada vez más numerosos grupos, fundaciones y asociaciones de científicos abogando por una desclasificación y estudio científico de este fenómeno, y por otro las autoridades que, divididas, intentan quitarle hierro al asunto y reclamar comisiones de investigación. Sirvan de ejemplo las últimas declaraciones de militares ante el congreso de EE. UU., los informes de NASA, del Pentágono y las diferentes réplicas en prensa y redes sociales.
Todo ello tiene un denominador común, el foco de atención está puesto en los objetos. Los objetos interesan enormemente, tanto a los de un lado como a los de otro. Sin duda, entender esos fenómenos que parecen desafiar nuestra física suponen un gran reto y poseen un interés que va más allá de la mera curiosidad, ya que pueden representar el mayor enigma de nuestra Historia. A qué potencia mundial no le interesaría entender cómo algo, un objeto, una tecnología puede superar los límites actuales asumidos para velocidad, aceleración, invisibilidad, etc. Podría suponer una ventaja decisiva en el ámbito estratégico. Por tanto, los FANI pueden representar una amenaza para la seguridad nacional como se ha venido a decir en diferentes foros, pero también una oportunidad, una oportunidad de avance tecnológico, una singularidad tecnológica.
Interesa retirar el estigma sobre los avistamientos de FANIs
Por otro lado, tenemos un fenómeno que durante años ha sido menospreciado, ridiculizado y olvidado en general por la comunidad científica. Para la ciencia eran cosas que se veían en el cielo y que probablemente tenían explicación razonable como pájaros, globos, estrellas, etc. Sin embargo, recientemente han aparecido en escena unos nuevos objetos que han añadido confusión y preocupación, los drones o Unmanned Aerial Vehicles (UAV de sus siglas en inglés). Estos drones pueden variar mucho en tamaño y características y poseen una cualidad que les hace preocupantes: pueden resultar difíciles de detectar y en ocasiones pueden ser confundidos con FANI.
¿Qué pasaría, entonces, si pilotos, militares y civiles fueran testigos de UAVs sobrevolando áreas de interés estratégico o simplemente lugares donde habitualmente no sobrevuelan objetos, y no los reportasen por miedo al ridículo porque parecen FANI? Había que cambiar esto, había que retirar el estigma no sólo en la ciencia sino en la sociedad. Hay que ser conscientes de que el enemigo puede usar esta tecnología UAV, estos drones sobre territorio nacional y pasar prácticamente desapercibido (por ejemplo el caso de los globos chinos). Hay que mirar al cielo y analizar, informar y estudiar objetos que antes callábamos por miedo a las consecuencias.
Por tanto, hay que partir de la necesaria concienciación sobre las amenazas áreas nuevas. El hasta ahora “útil” estigma UAP ha perdido dicha utilidad una vez han entrado en escena los UAV y si a esto unimos el potencial diferenciador de los datos obtenidos del estudio de los UAP para el desarrollo tecnológico, el cambio de paradigma se antojaba inevitable, aunque con reservas, lógicamente.
La información sigue fluyendo a cuentagotas, de forma incompleta y con mucha dificultad, a veces en bucle. Ya existieron hace años diversos programas de estudio sobre los antes llamados OVNIS (Objetos Volantes No Identificados), todos infructuosos, aunque algunos arrojaron datos interesantes. El Dr. Allen Hynek fue uno de estos primeros científicos en estudiar este tema primero desde el lado escéptico y luego desde el otro lado.
El factor tecnológico oculta el factor humano
Cabe preguntarse qué factor es hegemónico en el estudio e interés actual en el fenómeno FANI tanto por la comunidad científica (grupos, asociaciones, fundaciones, etc.) como por las autoridades en sus diferentes niveles. La respuesta en mi opinión es clara: el tecnológico.
En este enfoque materialista, nos olvidamos, desde mi punto de vista, del factor fundamental, el factor humano. Usualmente los FANI están vinculados a una persona, incluso si se trata de una persona que interpreta la medición de un sensor, un humano que pilota un avión, etc. o un grupo de humanos que interacciona en un momento dado con uno o varios FANI y a veces aparentemente incluso con sus tripulantes. En muchos casos se ha acudido a este factor humano desde el escepticismo, para desacreditar a los testigos o para explicar los avistamientos. Curiosamente, pocas veces estos argumentos han sido contrastados por expertos en Psicología o Neurociencia, salvo excepciones.
Actualmente es como si sucediera una revisión del fenómeno, pero echo en falta referencias a aquellos científicos que en su día lo estudiaron, no sin dificultad, atendiendo a aquellos aspectos más relacionados con lo psicológico y sociológico como Kenneth Ring o John Mack, por poner un par de ejemplos, no obstante, son comunes las referencias a Jacques Vallée, astrónomo.
En mi opinión, el factor psicológico es clave para entender los FANI o UAP. Por supuesto, es bueno comprender su física, pero si se trata de objetos inteligentes, ¿cuál es su propósito? ¿qué efectos producen en los observadores? A primera vista alguno puede pensar que ninguno. Sin embargo, hay ejemplos de algunos casos donde ha habido efectos físicos en los testigos, pero hay un efecto que muchas veces ha sido ignorado, el efecto psicológico.
Nuestro estudio sobre los aspectos psicológicos relacionados con los UAP
En nuestro estudio («Psychological aspects in unidentified anomalous phenomena (UAP) witnesses»), recientemente publicado en la revista científica International Journal of Astrobiology, precisamente nos centramos en el análisis de estas variables psicológicas dentro del tema FANI.
El estudio consistió en una serie de preguntas, en su mayoría estilo Likert, divididas en 5 secciones fundamentales.
- En una primera fase recogimos información básica sobre los participantes (245 voluntarios/as de diferentes países) como nivel educativo, edad, etc.
- En la segunda fase hicimos varias preguntas sobre los populares vídeos sobre FANI y la Marina de EE. UU. que fueron publicados y que tanta repercusión han tenido. También se incluyeron aquí varias preguntas sobre la postura de los gobiernos y la ciencia al respecto de este tema.
- En una tercera sección hicimos preguntas sobre el tema de la búsqueda de inteligencia extraterrestre. Muchas de estas preguntas estaban relacionadas con las diferentes estrategias, hipótesis y teorías manejadas por los científicos en este ámbito.
- Una cuarta sección estaba dedicada a los FANI o UAP propiamente dichos, sus características, origen, etc.
- La quinta sección sólo se hacía visible a aquellos participantes que informaban de haber sido testigos directos de un avistamiento o experiencia con FANI (93 sujetos). En esta última sección las preguntas estaban relacionadas con el incidente en particular y hacíamos hincapié en la recogida de datos e información referente a posibles secuelas psicológicas, fisiológicas o físicas y las evidencias que pudieran tener.
Los resultados de nuestro estudio arrojaron unos datos interesantes. Parece que los FANI tienen un efecto común en muchos testigos, básicamente se podría decir que se introducen, digámoslo así, en la mente de los testigos, y generalmente el tema de los FANI pasará a ocupar un lugar relevante en el pensamiento de estos.
La «tríada de relación profunda con los FANI»
Identificamos lo que hemos denominado la triada de relación profunda con los FANI que consiste en tres factores fundamentales:
- Los testigos se sienten de algún modo obsesionados con el fenómeno (no patológicamente),
- Necesitan hablar de ello, aunque no sea sobre su propia experiencia o evento
- El tema FANI está presente en sus pensamientos en algún momento del día, cada día.
Los FANI tienen un efecto transformador en las personas que los presencian y en sus sistemas de creencias relacionados con la vida en el universo principalmente. Se produce una especie de cambio de consciencia. Si tenemos en cuenta que al cabo de un año se producen cientos quizás miles de avistamientos, se podría decir que el efecto es global y ¿quizás intencionado?
Nuestros participantes informaron en menor medida de efectos fisiológicos y en algunos casos perceptivos incluso días después del evento o avistamiento.
El perfil psicológico de los testigos UAP
También resulta interesante el perfil psicológico de estos testigos con detalles característicos como la no relevancia del componente religioso, aunque si espiritual y la resiliencia a eventos traumáticos entre otros.
La información que aportan los testigos es muy relevante para comprender el fenómeno en nuestra opinión y mientras nos dedicamos a tratar de comprender ciertas características físicas que van más allá de nuestro entendimiento actual, estamos perdiendo una valiosa fuente de información que, si bien ha sido durante años atendida en la investigación del fenómeno, no lo fue desde el mundo académico o científico en la misma medida.
Por ello entendemos que, ante un fenómeno incompresible para nosotros, no necesariamente aéreo, como es el de los FANI, la búsqueda de patrones y datos más interesantes puede estar donde menos hemos buscado, en los testigos. Imagínese que un día fuéramos a Marte y encontrásemos una instalación nuclear y un marciano, ¿qué sería más interesante estudiar al marciano o su tecnología nuclear?
Ya escribí anteriormente sobre lo fácil que se desvía nuestra atención y percepción debido a las limitaciones de nuestra propia mente, nuestro cerebro. En el artículo sobr el llamado «efecto gorila cósmico» proponía (De la Torre, G.G. & Garcia, M. A. (2018). The cosmic gorilla effect or the problem of undetected non terrestrial intelligent signals. Acta Astronautica, 146, 83-91.), basándome en estudios clásicos en Psicología (ceguera por inatención/Gorila Invisible (Chabris y Simons en los años 90 y 2010), cómo incluso teniendo un extraterrestre frente nuestras narices, no lo veríamos, no lo percibiríamos, no seríamos consciente de ello. Estamos distraídos con otros detalles mientras los importantes pasan desapercibidos. La atención se relaciona con la percepción y con la acción, pero, aún más importante, con la Consciencia.
Autor:
Profesor Dr. Gabriel de la Torre
Laboratorio de Neuropsicología y Psicología Experimental
Universidad de Cádiz
gabriel.delatorre@uca.es
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