En su ensayo «UAPs e Inteligencia No Humana: cuál es el escenario más razonable», publicado en The Debrief, Bernardo Kastrup desarrolla sus argumentos a favor de la hipótesis criptoterrestre. En su texto, Kastrup reflexiona sobre los Fenómenos Aéreos No Identificados (UAP, por sus siglas en inglés) y la evolución reciente de su estudio. Comienza confesando su escepticismo inicial hacia este tipo de fenómenos, debido a la falta de rigor y claridad en muchas de las investigaciones previas. Sin embargo, reconoce que en los últimos seis o siete años se han producido desarrollos importantes que merecen un análisis más serio.
Revelaciones recientes
El ensayo menciona cómo, desde 2017, varios vídeos de UAP grabados por cámaras infrarrojas en aviones militares estadounidenses se han vuelto virales. Estos vídeos, que fueron autentificados por el Departamento de Defensa de EE. UU., muestran objetos voladores que desafían las leyes de la física conocidas, ya que carecen de alas, motores visibles, y pueden realizar maniobras imposibles según nuestro entendimiento de la tecnología actual. A estos casos se sumaron testimonios bajo juramento de pilotos de la Marina y oficiales de inteligencia que sostienen haber presenciado estos objetos. Por ejemplo, el Comandante David Fravor describió cómo estos UAP mostraban una aceleración y maniobras que «desafiaban las leyes de la física».
Testimonios y whistleblowers
El ensayo también hace referencia a testigos clave como David Grusch, un oficial de la Fuerza Aérea de EE. UU. y exfuncionario de inteligencia, quien afirmó que el gobierno de los Estados Unidos posee un programa secreto de recuperación de UAP y está en posesión de cuerpos biológicos no humanos. Aunque este tipo de afirmaciones han sido vistas con escepticismo en el pasado, la reciente disposición de figuras del gobierno y las fuerzas armadas a testificar bajo juramento y en público ha añadido credibilidad al tema.
Cambios en la percepción pública y científica
Uno de los puntos clave del ensayo es que hasta 2017, las historias sobre UAP solían provenir de fuentes anónimas o poco verificables, lo que contribuía a la falta de credibilidad. Sin embargo, la situación ha cambiado con la aparición de testigos confiables que ocupan o han ocupado posiciones de alto nivel en el gobierno y las fuerzas armadas. Esta nueva fase ha dado lugar a un enfoque más serio, donde los UAP ya no son simplemente historias de ciencia ficción, sino fenómenos que están siendo investigados oficialmente.
Las dos hipótesis
El autor explora dos hipótesis principales sobre los UAP. La primera es la posibilidad de que sean tecnologías militares humanas altamente secretas, pero esta idea se encuentra con varias dificultades, como el hecho de que los UAP muestran características que parecen desafiar la física tal como la conocemos. La segunda hipótesis es que estos objetos sean controlados por inteligencias no humanas, aunque esto no necesariamente implica que sean extraterrestres. El autor sugiere que estas inteligencias podrían ser terrestres, pero de origen antiguo, o incluso de civilizaciones que preceden a la nuestra.
La hipótesis de los «ultraterrestres»
En un giro interesante, el ensayo propone lo que se conoce como la «hipótesis ultraterrestre». Esta teoría sugiere que los UAP podrían ser tecnología de civilizaciones antiguas que sobrevivieron a catástrofes planetarias y que han permanecido en la Tierra, quizás en áreas subterráneas o submarinas, evitando el contacto con la humanidad actual. El autor menciona que, aunque esta hipótesis puede sonar extraña, no es inconsistente con lo que se sabe sobre la geología y la historia de la Tierra, que ha pasado por muchos ciclos de destrucción y renovación.
Manipulación de la percepción humana
Otro aspecto importante que se explora en el ensayo es cómo los UAP parecen tener la capacidad de manipular la percepción humana. El autor hace referencia a investigadores como Jacques Vallée, quien ha sugerido que los UAP pueden causar efectos tanto físicos como psicológicos en los testigos, y que a menudo evocan imágenes simbólicas o arquetípicas en la mente de quienes los observan. Este tipo de comunicación simbólica, según el autor, podría ser el resultado de la distancia cogntiva entre los humanos y las inteligencias detrás de los UAP.
Conclusiones del autor
Bernardo Kastrup concluye que, aunque los datos actuales no son suficientes para hacer afirmaciones definitivas sobre la naturaleza de los UAP, es razonable considerar que estas tecnologías son reales y no humanas.
Pueden tener su origen en «restos de civilizaciones industriales y tecnológicas no humanas que evolucionaron en la Tierra hasta hace 350 millones de años». «No podemos encontrar huellas arqueológicas o geológicas visibles de tales civilizaciones porque, según la llamada “hipótesis silúrica”, no sólo la erosión climática sino también el reciclaje regular de la corteza terrestre a través de la tectónica de placas las borra».
«La noción antropocéntrica de que nada inteligente ha surgido en nuestro planeta en los miles de millones de años de los cuales no habría quedado evidencia visible en el registro geológico es injustificada. Ha habido mucho tiempo y oportunidad para que muchas civilizaciones tecnológicas, industriales, pero no humanas, hayan surgido y desaparecido de la superficie de la Tierra», añade Kastrup.
Sabemos que las civilizaciones industriales pueden surgir, desarrollarse y extinguirse en un período no mayor que unos pocos miles de años, lo que es un abrir y cerrar de ojos a escala geológica; sabemos que nuestra propia tecnología actual habría parecido mágica hace solo 200 años; sabemos que las especies inteligentes que desarrollaron la capacidad de actuar de acuerdo con un código ético abstracto pueden operar bajo una política de no interferencia hacia la vida menos evolucionada (como los investigadores de la vida silvestre humana); y así sucesivamente.
No hay nada antinatural o verdaderamente extraordinario en la hipótesis ultraterrestre. Si viola nuestras sensibilidades, entonces esto nos informa sobre nuestras sensibilidades, no sobre la plausibilidad de la hipótesis en un marco naturalista.
La hipótesis propuesta por Kastrup presupone que los datos de UAP revelados hasta ahora son auténticos y no el resultado de una campaña de desinformación en expansión. Cualquier hipótesis que se proponga debe lidiar con la falta de evidencia concluyente.