Beatriz Villarroel es doctora en astronomía por la Universidad de Uppsala, en Suecia, y trabaja como Profesora Asistente en el Nordic Institute for Theoretical Physics de Estocolmo. Realizó su posdoctorado Internacional conjunto entre NORDITA y el Instituto de Astrofísica de Canarias, y es de nacionalidad sueca, si bien tiene ascendencia española, al ser uno de sus abuelos uno de los niños que durante la Guerra Civil fueron trasladados a la Unión Soviética.
A lo largo de su carrera se le han otorgado varios galardones por su labor, como el premio L’Oréal-Unesco For Women in Science, recibido en 2022, en la categoría de International Rising Talents, y ha publicado artículos en prestigiosas revistas científicas como Astronomical Journal, Astrophysical Journal, Nature Physics y Monthly Notices of Royal Astronomical Society. También ha participado como ponente en una de las populares TEDx Talk, donde con desparpajo e inteligencia cautivó al público con su presentación “Por qué deberíamos buscar artefactos alienígenas”. En UAP DIGITAL reproducimos el artículo que publicó en The Conversation sobre sus investigaciones.
Recientemente ha sido nombrada miembro del Consejo Asesor de la Fundación SOL, un instituto de nueva creación que pretende erigirse como un centro de primer nivel para la investigación UAP, con objeto de realizar una investigación académica, bien financiada y de vanguardia sobre el fenómeno y sus amplias implicaciones. En su conferencia inaugural, que tuvo lugar el pasado noviembre en la Universidad de Stanford, impartió una charla sobre dos proyectos que lidera, VASCO y EXOPROBE, que le han reportado reconocimiento y suponen la puesta en práctica de nuevas e imaginativas fórmulas para el estudio del fenómeno.
VASCO y EXOPROBE, dos proyectos ilusionantes
VASCO, Vanishing & Appearing Sources during a Century of Observations, es un proyecto dedicado a la búsqueda de objetos celestes que aparecieron y desaparecieron en el lapso de 70 años. Si bien el objetivo original era buscar una estrella que hubiera desaparecido, surgió la posibilidad de encontrar objetos que desaparecieran por completo sin dejar rastro y que podrían ser la firma de una civilización avanzada. Para la búsqueda se utilizan imágenes de archivo que datan de principios de la década de 1950, capturadas en el Observatorio Palomar en California. La ventaja de trabajar con imágenes de esa época es que en el cielo no habían todavía objetos de fabricación humana. Durante su búsqueda han encontrado múltiples ejemplos de “transitorios” que aparecieron y desaparecieron y cuya explicación podría ser que eran objetos artificiales en una época en la que no debería haberlos en el espacio. Curiosamente dos de los ejemplos más relevantes se produjeron en fechas coincidentes con la gran oleada OVNI de Washington, en 1952, los días 19 y 27 de julio. La web The Debrief publicó recientemente un excelente artículo de Beatriz Villarroel, en el que explica detalladamente el proyecto, las posibles explicaciones a las anomalías encontradas y la dificultad para publicar artículos científicos sobre sus resultados, además de revelar la implicación del escéptico Donald Menzel como responsable de la inexplicable destrucción de una parte importante de la colección de placas fotográficas del observatorio de la Universidad de Harvard.
EXOPROBE. es un proyecto reciente, que comenzó su andadura en agosto de 2023 y supone una nueva era en SETI Óptico. Su finalidad es detectar, localizar y verificar posibles objetos artificiales no humanos mediante la búsqueda de una firma específica e identificable de esos objetos, producida por un destello rápido de luz. Su rango de búsqueda estará fuera de la atmósfera terrestre, a una distancia de entre 35.700 km y 150 millones de kilómetros de la tierra, y estará formado por una red global de telescopios de campo amplio con cámaras de alta velocidad que brindan una resolución temporal, una resolución espacial y una resolución espectral de cualquier descubrimiento. Los UAP serían identificados y verificados en tiempo real, y la doctora Villarroel ha manifestado su intención de desarrollar métodos para capturar y traer a la Tierra las sondas extraterrestres que sean localizadas.
Importancia de una ciencia independiente y sin estigma en la investigación UAP
Proyectos como los liderados por Villarroel son fundamentales para el estudio del fenómeno al surgir de entidades sin vinculación con el mundo militar y de inteligencia, asociados desde siempre a la desinformación y el secretismo, y muy focalizados en los aspectos relativos a la Seguridad Nacional. Esta necesidad de independencia se hace patente en un momento en el que la “vía oficial”, que pretende acceder a la información que ha sido recopilada por diversos estamentos del Gobierno de los Estados Unidos durante décadas, parece atascada tras los recortes a la transparencia pretendida por la llamada propuesta Schumer, las reticencias del Pentágono a compartir información con los congresistas y la decepción que ha supuesto AARO, la oficina de investigación creada por el departamento de Defensa.
El hecho de que científicos de prestigio como Garry Nolan, Avi Loeb o Villarroel salgan a la palestra y se involucren en el estudio de un misterio que no se ha abordado científicamente por ser considerado tabú es importante e indicativo de una paulatina reducción del estigma. En una interesante entrevista en el podcast de Tim Ventura, la doctora se refería así a la cuestión:
Gracias a la desestigmatización de los UAP hemos abierto un espacio de parámetros completamente nuevo de búsqueda cerca de la Tierra, e incluso dentro de la atmósfera. Y sabemos que es razonable que alguien pueda enviar algo cerca de la Tierra. Entonces… ¿por qué no hemos podido buscarlo antes? El estigma realmente ha perturbado gran parte de las posibilidades científicas y el estigma está desapareciendo. Creo que es fantástico, abre una nueva puerta a la búsqueda de inteligencia extraterrestre”.
En ciertos sectores de la astronomía, históricamente ha habido reticencia, cuando no hostilidad, a considerar la posibilidad de que otras civilizaciones nos puedan estar visitando. Especialmente llamativo es el caso del Instituto SETI, que desde hace décadas busca sin éxito señales de radio. Siempre han mantenido que las posibilidades de la existencia de vida inteligente son muy elevadas, pero su “astrónomo senior”, Seth Shostak, lleva muchos años ridiculizando el fenómeno OVNI, si bien en los últimos tiempos respalda que se investigue. Entre los argumentos esgrimidos por los llamados escépticos se encuentra en un lugar preeminente la dificultad que supone recorrer las enormes distancias en el universo con la física conocida. Pero tras las revelaciones de los últimos años, con la publicación de la existencia de programas oficiales dedicados al estudio del fenómeno, el interés del Congreso y la creación del panel de científicos de la NASA, parece que empieza a ser normal que desde el ámbito científico se deje de considerar la existencia de otras inteligencias como algo posible de encontrar sólo en la insondable profundidad del espacio, para dirigir la búsqueda a nuestro patio trasero, el sistema solar. Eso es lo que han hecho Villarroel y su equipo.
Una científica con coraje y nuevas ideas
Desde la misma comunidad astronómica se canceló a Beatriz Villarroel por colaborar en su proyecto VASCO con Geoff Marcy, pionero en la búsqueda de exoplanetas, que se vio envuelto en un caso por el que nunca fue juzgado de conducta inapropiada, no permitiéndole presentar en una conferencia SETI los resultados de su investigación, además de tomar otras represalias contra ella.
La historia, contada por ella misma en su artículo «Un testimonio del acoso por ‘culpabilidad por asociación’ en astronomía», es una muestra de como la condición humana y sus miserias lo contamina todo, incluido el campo de la supuesta objetividad absoluta, la ciencia.
El coraje demostrado para defender aquello en lo que cree le fue reconocido en los 2023 Open Inquiry Awards, que otorga la Heterodox Academy, destacando su valentía: “Defender la libertad de uno para realizar investigaciones con un académico destacado frente al rechazo generalizado en una etapa tan temprana de la carrera es impresionante”.
Nos encontramos ante una persona joven y brillante, con una carrera por delante, y que ha sido capaz de abrirse paso aportando nuevas ideas en el ámbito de la astronomía y los intentos por encontrar vida inteligente, sin miedo al establishment científico ni al estigma. Su entusiasmo e inteligencia queda patente en los múltiples podcast y entrevistas que se pueden encontrar en la red, y no dudamos que su ejemplo servirá como inspiración a otros. Necesitamos más como ella.
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